La Real Academia Española (RAE) traduce el término gaslighting como 'hacer luz de gas a alguien' y lo define así: Intentar que dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos.

Luz de gas​​ (en inglés: gaslighting) es un tipo de abuso psicológico en el que se hace a alguien cuestionar su propia realidad. ​ Consiste en negar la realidad, dar por sucedido algo que nunca ocurrió o presentar información falsa con el fin de hacer dudar a la víctima de su memoria o de su percepción.

Hay algunas señales que indican que puedes ser la víctima de tu relación, el objetivo es hacerte dudar de todo para que dependas de la otra persona, pero, si identificas las señales, puedes detener la práctica antes de que sea tarde (tanto hombres como mujeres pueden ser víctimas).

Si tu pareja nunca acepta su responsabilidad por sus acciones y siempre encuentra la forma de voltear las cosas para que tu te veas como el culpable, entonces puede ser Gaslighting.

Juega con tu mente y te enreda tanto que al final no entiendes de qué habla o cómo llegaron a ese tema. Sentirte confundido siempre que tienen una conversación es una señal de alarma.

Si siempre eres el que pide disculpas o el que no puede hablar y dar su punto de vista en una discusión, o siempre piensas que todo lo malo que pasa es tu culpa, entonces eso también puede ser una señal.

Tal vez a veces si puedes estar exagerando las cosas, pero, si lo que sientes o piensas nunca es validado y tu pareja siempre dice que estás loco o tienes un problema por sentirte de cierta manera, eso puede ser Gaslighting.

Las víctimas llegan a sentir que ya no son la misma persona, dejan de pensar que sus emociones también son válidas y hasta cambian su personalidad como consecuencia.

Esto es muy común, significa que la otra persona te culpa siempre de todos sus problemas, incluso los que no tienen nada que ver contigo, y esa también es una táctica de manipulación.

El objetivo del Gaslighting es manipularte al grado de que dejes de confiar en ti mismo, tener una repentina pérdida de autoestima es una señal clara de que algo no está bien con la relación.

Parte de la manipulación es dejarte tan aislado como para que no puedas recurrir a nadie cuando necesitas ayuda o consejo. Puede tratarse solo de una persona posesiva, pero, si le sumas el resto de las señales, esto es un foco rojo de que podrías estar viviendo esta práctica.